Compatibilidad Signos Zodiacales entre Geminis Mujer y Tauro
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Esta relación se encamina hacia el complemento mutuo. Géminis es abierto, sociable, comunicativo, aficionado al bullicio y al ruido de la ciudad, adora divertirse y rodearse de amigos. Goza de cada instante sin impedimentos. A diferencia de éste, Tauro es firme, tranquilo, familiero, tradicionalista, responsable, cuidadoso y emprendedor. Está siempre a la búsqueda de la tranquilidad, la comodidad y la felicidad. Estas significativas diferencias pueden crear discusiones que empeorarán si Tauro se muestra obstinado. Sin embargo, Tauro puede sentirse simplemente hechizado con la fuerza de Géminis y Géminis, a su vez, presiente que Tauro le brinda el equilibrio y la seguridad que él necesita. La unión de esta pareja logrará tonificar y estabilizar a cada uno de sus integrantes.
La posibilidad de que ambos signos entablen relaciones estables, viene marcada por el análisis de la Carta Astral y de cómo los distintos planetas se conjugan, ya sea armónicamente o de forma conflictiva. Por lo general, los elementos tierra de Tauro y aire de Géminis, presentan ciertos rechazos por la forma que tienen de ver las cosas y es muy frecuente que en la vida cotidiana tengan problemas de asimilarse el uno con el otro. Como sabemos, la tierra y el aire, no son compatibles ni interna ni externamente ya que sus principios básicos vibran en estados diferentes. Puede que tengan intereses comunes, o haya algún elemento externo a ellos que los una, como pueda ser una casa, empresa o incluso los hijos, y así, sí puedan estar juntos, pero a largo plazo abría separación y ruptura. El amor entre los seres humanos no es imperativo sexual, ni dogma social o religioso que impida la libre unión entre dos personas, sean estas de distinto color de piel, del sexo que fuere, o de cualquier religión. Pero sí debemos entender que para que surja el amor, es imprescindible el lazo de la amistad, de la amistad sincera que no busca aranceles, ni comisiones de confianza, ni camas huecas de afectos, ni de las dudas de los celos infecciosos.